La ciudad es un territorio, un espacio de habitat, de tránsito, de comunidad, de sociabilidad y de conformación política. Quienes transitamos, nos ponemos en comunión con otras/os, nos socializamos o bien nos convertimos en sujetos/as políticos, nos definimos en igualdad por el hecho de habitar ese espacio común, no necesariamente habiendo nacido en ese espacio común. Pero esa igualdad (que es la misma cualidad esencial de los sujetos en cualquier territorio) es cuestionada por los modos de acceso a los derechos que devienen de habitar la ciudad.