«No hay ningún paciente que diga que es capaz de dormir, porque el viento hace ruido, sus carpas se mojan permanentemente, no comen más que una comida al día y no les dejan salir del asentamiento. La mayoría de estos niños llevan aquí desde el 2019, han sido traumatizados en el país que huyeron, durante el viaje y ahora aquí. Vemos un montón de niños deprimidos. Muchos ataques de pánico. Hoy mismo hemos tenido que hospitalizar a un chico de 13 años porque ha tenido 3 intentos serios de suicidio. No duermen, no tienen energía ni fuerza para vivir este sufrimiento y esto los lleva a querer acabar con su vida. Simplemente no ve ningún sentido en seguir viviendo en estas condiciones»
La cineasta Cynthia Choucair sigue a su hermana y a dos otros miembros de Clowns Without Borders cuando vuelven a la isla griega de Lesbos para acercarles a los refugiados que llegan escapando de la guerra y la pobreza algo de humor. Las autoridades locales han tomado el control sobre todo el flujo humano que circula allí, en donde la única evidencia que queda de su paso son los salvavidas apilados en las costas y los botes que flotan a la distancia. Mientras vagan por las rutas tratando de quebrar las fronteras burocráticas y los guardas, las dos hermanas rememoran su propia estoria de desplazamiento, víctimas de la guerra en el Líbano durante su juventud. Profundamente movilizadora y poética, los personajes de Counting Tiles tratan desesperadamente de crear conexiones emocionales mientras que los poderes europeos eligen hacer ojos ciegos frente a las poblaciones víctimas de la crisis.1º Premio Competencia Internacional Largomentrajes en temática de peticionantes de asilo y refugiades // CineMigrante 2020
Se destaca la película ya que el film aborda la temática de las personas refugiadas, la incertidumbre por lo que vendrá, y la añoranza de la vida que han dejado atrás. Abarca el aspecto emocional de las relaciones humanas y el fundamento de la ayuda desde una compasión y la empatía de y hacia aquellas personas que han sufrido situaciones similares. La adaptación a un nuevo punto de partida, la profundidad y las emociones puestas de manifiesto, durante la película, hacen que el espectador pueda entender mejor el padecimiento de la persona refugiada en las diferentes etapas.
Es una pieza de arte esencial para comprender las tramas intergeneracionales de solidaridad en contextos de guerra y desplazamientos forzados. El hilo de oro que recorre este largometraje documental es el diálogo profundo, memorioso y sensible entre dos hermanas libanesas cuya infancia estuvo atravesada por la guerra y la huida del Líbano en los años 70’. La directora (y voz en off de la obra), y su hermana Sabina, personaje principal y miembro de la Organización Payasos sin Fronteras, recorren la isla de Lesbos con el objetivo de realizar una labor humanitaria imprescindible: suspender por un instante la sentenciosa tragedia y el hedor a muerte, a través de la risa y el humor. El relato, desde una perspectiva innovadora, la de las personas fuertemente movilizadas y comprometidas de las organizaciones humanitarias, que ante una crisis de tal magnitud y apeladas por la sincera necesidad y disposición a ofrecer alegría a aquellas personas que se han visto obligadas a dejar sus países, atravesando situaciones trágicas, enfrentan a su vez, dificultades para lograr su objetivo. La directora despliega claramente su empatía y profunda comprensión acerca de la, a veces incomprensible, complejidad del contexto de los desplazamientos forzados y acerca de la importancia del cuidado de la frágil condición humana en uno de sus aspectos más esenciales, la alegría, ingrediente esencial de la resiliencia.